Sunday, January 11, 2009

Vacaciones en Chile y Peru - I - la travesia al ir

Para este año la familia planifico un viaje a Arica, Chile.

Fuimos 13 personas en total: papa, mama, mis 3 hermanas (Any, Carla, Vale), yo, Daniela, tia Norma, Yuyo, Jean y mis 3 sobrinos (Sami, Amir, Nahim). Subimos las maletas a los dos autos y emprendimos viaje.

Algo que de seguro ninguno de los que viajamos olvidara del tramo de ida fue el problema que tuvimos con la correa de la vagoneta. Luego de tan solo 90 minutos en carretera (de un viaje que estimamos iba a tomar 10 horas), la correa se solto y tuvimos que detenernos para que mi papa la reajustara.

Primera arreglada a la correa, a los 90 minutos de empezar el viaje. Mi pa tuvo que meterse bajo el auto sin abrigo en plena altura.


La correa nos obligaria a detenernos 2 veces mas antes de siquiera llegar a la frontera Bolivia-Chile, para finalmente terminar de deshacerse justo en el tramo "tierra de nadie" entre los 2 paises (ya habiamos pasado la frontera Boliviana y teniamos que recorrer unos 5km para llegar a la Chilena, fue ahi donde se solto por ultima vez la correa).

Esta fue la 3ra y ultima vez que nos detuvimos antes de cruzar la frontera (en Chile nos detendriamos unas 7 veces o quizas mas)


Carretera en Oruro, rumbo a Tambo Quemado


"Tierra de nadie" entre Bolivia y Chile. Nos toco granizo.

Mientras nos encargabamos de hacer el papeleo para entrar a Chile, mi papa intento improvisar una correa con una media nylon de mi mama, pero su textura era demasiado suave asi que el intento fue en vano.

Con frio (a nada menos que 5000 metros de altura en medio de las montanas) y cansados de intentar reparar la correa, la decision fue llegar a Arica sin ella.

Para los que no saben mucho de mecanica aqui va una breve explicacion de lo que eso implico (yo tambien aprendi esto ese dia, no tenia idea): sin la correa el alternador deja de funcionar. Sin alternador, la bateria no recibe ninguna alimentacion asi que funciona hasta agotarse. Al mismo tiempo, la bomba de agua tambien deja de funcionar y como no hay manera de mantener "fresco" el motor, este tiende a sobrecalentarse rapido. Si el motor se sobrecalienta demasiado puede fundirse y esito seria, reparacion costosisima y larga del auto.

Nos quedaban 295 kilometros (184 millas) de recorrido que se dividia entre el altiplano, el desierto de Atacama y los Valles de Azapa. Confiamos en que el descenso de la montaña a la playa nos daria chances de tener tramos de pura bajada en los que podriamos apagar el motor y avanzar "con el impulso".

El tramo del altiplano fue "sencillo": el clima frio y las bajadas nos ayudaron a mantener el motor frio y avanzar bastante. El tramo del desierto de Atacama fue el mas desesperante: el motor
se calentaba con frecuencia y las ya escasas bajadas no nos permitian apagarlo muy seguido.

Ademas, las curvas y contra curvas obligaban a encenderlo para permitir que los frenos funcionen mejor.

Durante el desierto de Atacama, Yuyo (y Jean y los chicos) fueron a conseguir botellas de agua para ir poniendole al auto. Llegando a Azapa, como la noche nos agarro y no queriamos gastar la bateria usando las luces del auto, Yuyo se puso por delante y nos "prestamos" las luces de su auto (mas bien ningun carabinero nos detuvo).

Parte del desierto de Atacama


Parte del grupo aprovechando de tomar unas fotos en una de las veces que nos detuvimos en el desierto de Atacama (terminando de anochecer).


Ya para el tramo de los Valles de Azapa, lo unico que todos pensabamos era en conseguir un telefono y localizar a la familia Muñoz, los amigos que viven en Arica y que nos esperaban. Creo que en otras circunstancias no habriamos prestado tanta atencion a esos letreritos que hay en la carretera chilena que indican la cantidad de kilometros que faltan para llegar a Arica... para nosotros era una bendicion ver que el numero se iba achicando: 15... 14... 13... 12... 11...

Llegando finalmente a Arica, a eso de las 9pm (la hora que estimamos en un principio era 4pm). Nos detuvimos para poder enfriar el motor y ponerle un poco mas de agua al auto. Para evitar dar vueltas a la ciudad intentando encontrar la casa, dado que no podiamos darnos ese lujo con el auto en ese estado, decidi ir a buscar telefono. Me fije y estabamos a unos 100 mts de "Home Center" asi que fui con mi Sami a ver si conseguiamos telefono (bueno, primero monedas chilenas para usar el telefono si lo encontrabamos).

Solo tenia billetes chilenos grandes que habia cambiado en la frontera, asi que decidi comprar un juego de pilas y pagar en caja para conseguir monedas. Sami me ayudo haciendo la cola mientras me acercaba a una persona de Atencion al Cliente a explicarle la situacion. La sra. se porto 100 puntos, entendio que era una situacion de emergencia y me permitio llamar a Nelson desde su telefono para pedirle que nos recoja.

El viaje que debio durar 10 horas duro al final 16.

Esperamos a Nelson como 15 minutos y verlo fue un gran alivio (hasta que el me dio un abrazo apretando mi cachete izquierdo que estaba inflamado por la muela recien removida... eso me hizo ver estrellas). Primero fuimos a unas cabinas telefonicas a llamar a Bolivia para avisar que estabamos bien y lo que habia pasado. Como era de esperar, estaban desesperados de tener noticias.

Luego llegamos a la casa de la familia Munoz. Como dando sus "ultimos respiros", la vagoneta
empezo a botar vapor en cantidades y una de las mangueras revento. Pero llegamos cabalito a la
puerta de la casa. Cristina y sus hijas nos recibieron con una deliciosa cena.

Gracias a Dios, las partes que se averiaron solo fueron la correa y las mangueras. El motor quedo impecable a pesar de semejante travesia. Esa vagoneta es de hierro!

Que ODISEA!!!

Solo Dios nos llevo hasta Arica, fue su mano protegiendo ambos autos. Gracias a El, este relato queda como una aventura del jamule que recordaremos con gratitud y hasta un poco de humor. Nos pudo haber ido mucho peor.





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